Cara norte de Guara por "fenales".

El pasado fin de semana, nos juntamos Cast, Iranzo y yo para subir a la peña de Guara. La última vez que subí este pico, fue por el lado sur con Omar, saliendo del pequeño pueblecito de Santa Cilia. Esta vez saldríamos del parking entre Used y Nocito, para encaminar la cara norte de la sierra.



La mañana es fría y algo tapada por las nubes, que no nos dejan ver el pico hasta bien entrada la mañana. Salimos del coche a las 10:00 para seguir la pista por la parte de "Fenales" hasta el refugio.  A partir de allí ya seria seguir el empinado sendero que nos lleva entre bosques de bojes y pinos, en el cual ya empezamos a pisar nieve.

La nieve, al principio muy blanda, ralentiza mucho el ritmo ya que en algunos momentos nos clavamos hasta la cadera, lo cual desmotiva bastante pues nos cansamos muchísimo en pocos metros.

Casi a la salida del bosque nos cruzamos con los primeros "humanos" de la mañana, dándose la vuelta por no llevar crampones. Nosotros si que veníamos preparados para el combate.
Una vez fuera del bosque, la nieve ya empieza a estar bastante buena y hacemos la primera parada para abrigarnos, comer una barrita y ponernos los "pinchos".



El avance ahora si que es mas rápido y mucho mas relajado que antes. La nieve esta en perfecto estado y salvo algún agujero cerca de algún matorral esta dura y nada húmeda.


A medida que vamos avanzando y llegando a la cresta, el viento va en aumento y llegando a rachas fuertes ya en ella, casi tirándonos y teniendo que avanzar de medio lado, al mas puro estilo "matrix".


Una vez en cima (2077m.) hace frío, pero el viento esta calmado. Las nubes se van, regalándonos unas excelentes vistas del pirineo, al norte, y de la provincia, al sur. Momento foto y bajada por el "collado de Petreñales".

Tardamos bastante en bajar hasta el collado, por la cantidad de nieve que ha cubierto el camino, y realizamos un extenuante campo a través entre los riscos, hasta llegar allí.


Una vez en el collado nos relajamos un poco, comiendo y descansando las piernas, pero sin despistarnos del largo camino a través de los barrancos de la cara norte de la sierra.



Una vez en el coche, y tras un largo e intenso día, en el que paramos el reloj a las 20:30 de la noche, ideamos ya la siguiente salida, que no sera a mucho tardar.

Siempre es un placer compartir montaña con los amigos.
Hasta pronto.